Ya nadie puede negar que estamos ante una de las mayores crisis económicas de la historia. Tal vez por eso se hace indispensable buscar la mejor oferta allí donde se encuentre. Cualquier euro que se ahorre puede ser necesario en el futuro.
En este entorno en el que nos encontramos, Internet es y será una pieza clave en el ahorro familiar. Pero, ¿que ocurre en nuestro país para que el uso del comercio electrónico sea tan bajo? Desde mi punto de vista hay dos reticencias principales: no existe un contacto directo con el vendedor y nuestra información es enviada a través de la red sin saber quién hay detrás. Y claro, dar el salto a la red no es tan fácil. Veamos los pros y contras de los dos motivos antes citados para, por lo menos, perder el miedo, que no el respeto, a comprar por Internet.
Reconozco que el primer impedimento no es fácil de solventar ya que hunde sus raíces en la forma de ser de cada persona. Y sobretodo en aquellas que por edad pueden verse superadas por las nuevas tecnologías. En este sentido serán las futuras generaciones las que no verán como algo extraño el hecho de relacionarse sin establecer contacto físico. Es por eso, y hago un inciso, que urge una buena educación en el uso de las nuevas tecnologías. Y no me refiero a saber utilizar un aparato en concreto sino en tener ciertas precauciones. De igual forma que cuando eramos pequeños nos decían que no hablaramos con extraños, que no dieramos nuestros datos o no nos montásemos en un coche con personas desconocidas; es muy importante que los jóvenes aprendan a no compartir información privada con gente que no conocen.
Con la segunda barrera hay poco que hacer ya que, de momento, nadie puede asegurarnos quién hay detrás del cable. Pero conviene no ser drásticos en este aspecto. No conocemos quién hay detrás pero podemos tener la certeza de que sí es quien dice ser. Y en esto va a influir mucho dónde compremos. Si en la vida «real» tenemos cuidado de no meternos por calles o establecimientos raros debemos de hacer lo mismo cuando compramos por Internet. Las redes de amigos tendrán mucho que decir sobre este aspecto en un futuro no muy lejano.
Tres puntos que considero clave a la hora de comprar por Internet:
- Tener una cuenta corriente sólo para realizar los pagos y cuya tarjeta de crédito asociada tenga un crédito limitado. Si voy a comprar un producto se hace un traspaso por el importe de la misma a dicha cuenta. Si se tiene en cuenta este punto se consiguen dos objetivos: no dar el número de cuenta o de tarjeta que usamos habitualmente y limitar la cantidad susceptible de ser robada al crédito de la tarjeta. Si con todo esto no nos fiamos siempre podemos realizar el pago contra reembolso.
- Tener actualizado el antivirus
- Acceder a páginas conocidas o que ofrezcan confianza y que, en la medida de lo posible, utilicen una comunicación segura. Para ello debemos mirar la dirección de la página, en vez http debe de ser https.
Para terminar me gustaría destacar un aspecto importante. Y que creo que es un deber como sociedad reclamar que todas las aplicaciones que se desarrollen, y en concreto estas que estamos tratando, sean supervisadas por un Ingeniero en Informática. Alguien que valide que dicha aplicación es correcta y robusta y que, por tanto, se haga responsable a todos los niveles de su funcionamiento.
Más información sobre el uso de las nuevas tecnologías en el Informe de Telefónica de la Sociedad de la Información
marzo 20th, 2009 20:43
¡Excelente artículo!. Te estás ganando escribir más.
marzo 21st, 2009 10:01
🙂 Muchas gracias